06/06/11

 

La felicidad de viajar en tren

 

¿Usted sabe cuál es el medio de transporte más usado en el mundo? No, no es el avión. Es el ascensor. ¿Y sabe cuál es el medio más seguro? No, no es el ascensor. Es el tren. Además es maravilloso, magnífico, amigable, protector, cómodo y sedante.

No hay como el tren para conocer el mundo. A mí me gustaría, de veras, poder ir de Rosario a París en tren. En un camarote en el que dormir plácidamente todas las noches acunada por el runrún de las ruedas contra las olas del proceloso océano; con un vagón comedor en el que tomar los desayunos mientras veo ballenas y peces espada y hasta mojarritas danzando en la espuma que levantan las ruedas. Aaaah, qué bueno. Ya sé que no se puede, qué mala suerte.

Todo esto me viene de aquellos tiempos en los que llegábamos a Sunchales y buscábamos nuestro lugar en el tren. Un camarero de saco blanco ponía una escalerita, tres sencillos escalones de hierro fundido pintado de negro para que pudiéramos subir por el estribo, entrar al recinto alfombrado y sentarnos, expectantes, a oír los ruidos y las voces, a oler el aroma a humo y metal que se colaba por las ventanillas. ¡Y allá vamos! Felices, las caras contra el vidrio mirando el verde del campo, el azul de algún riachuelo y lejos muy lejos la sombra de la montaña. El paraíso tucutún tun tún las ruedas contra los rieles. El café con leche en grandes tazas blancas. La sopa servida desde una sopera de plata en platos también blancos. El postre a elección. Y así un día entero, dos, aunque no fuera sobre las olas. (Clarín)


 

 

 


Última actualización Domingo 05-Jun-2011 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar